Se dice que la primavera la sangre altera, y esta alteración suele traducirse en la piel en forma de picores y pruritos. Si además, estás pasando por un proceso oncológico estos manifestaciones cutáneas pueden ser aún mayores. A consecuencia de los tratamientos oncoterápicos, la piel puede volverse más seca, frágil, reactiva y sensible.
Esto hace que una de sus principales funciones, la de protección, pueda verse mermada.
Los principales síntomas que puedes notar son: sequedad y aspereza (xerosis), prurito (picor) que pueden derivar en heridas por el rascado, enrojecimientos y, con la llegada del sol, manchas.
Pero…¿por qué ocurre esto en primavera?
La piel es diferente según la estación del año, por ello, su cuidado debe adaptarse a la época en la que nos encontremos. En estas fechas, la temperatura y la humedad ambiental son muy variables y la piel reacciona a esto intentando equilibrarse. Si has notado algún cambio en tu piel lo ideal es que lo consultes con tu equipo médico o con la especialista en belleza de la piel, tu esteticista siempre que esté certificada en estética oncológica.
Con la llegada de la primavera, aumenta la radiación solar ya que los días se alargan, y aunque por todos es sabido que pequeñas dosis de radiación son beneficiosas para el ser humano, hay que tener en cuenta que la exposición prolongada puede producir daños importantes en la piel. Como ya hemos comentado, los tratamientos oncológicos pueden volver la piel más frágil lo que hace que la radiación solar pueda resultar más dañina.
¿Qué es índice de radición UV y en qué me ayuda conocerlo?
El índice de radiación UV es una escala que nos permite conocer que efectos tiene esta radiación sobre la piel humana, a mayor índice, mayor probabilidad de causar daños. Esta escala oscila entre el 1 y el 11.
En los índices 1 y 2 es necesaria la protección. En los índices entre 3 y 7 es necesaria la protección, permanecer a la sombra en las horas centrales del día y se aconseja el uso de sombrero y gafas. Cuando el índice supera el 8, es necesaria la protección extrema, evitar salir en las horas centrales del día, buscar la sombra y es imprescindible el uso de sombreros, gafas y mangas largas así como pantalón también largo.
¿Qué debo tener en cuenta respecto a la radiación solar?
- Hay que aplicar protección incluso en los días nublados, ya que hasta el 90% de la radiación solar es capaz de atravesar las nubes.
- España es un país cercano al ecuador, lo que implica que la radiación solar es intensa.
- El entorno potencia la reflexión de la luz solar de manera que nos llega multiplicada. Un ejemplo: la acera, es capaz de retornar hasta un 25% de la luz y el agua del mar un 20%.
- La radiación solar atraviesa el agua, por ello, es importante emplear un protector solar resistente a la misma.
¿Cómo puedo ayudar a proteger mi piel además de emplear la protección solar?
Hemos hablado de la necesidad de emplear ropa cubriente así como gafas y sombreros, pero vamos a conocer las características ideales para cada uno.
- La ropa conviene que sea de color oscuro, pues estos colores suelen estar tejidos de manera más densa dificultando el paso de la radiación UV. Aunque uses ropa con filtro para la radiación UV, conviene emplear el protector solar previamente.
- Las gafas de sol están recomendadas a lo largo de todo el año y se encargan de proteger ojos y párpados así que cuanto más grandes, mejor. Deben contener filtro UV y resultan especialmente útiles para la radiación solar que reflejan el asfalto, la arena, el agua o la nieve. Si llevas gafas graduadas puedes añadir el filtro UV en la óptica.
- Las gorras y sombreros se indican para proteger la piel tan fina y delicada del cuero cabelludo y las orejas, zonas habitualmente olvidadas al aplicar los protectores. También nos protegen el rostro. En general, conviene que sean opacos, evitando los de paja, trenzados o calados.
¿Y qué hago con el sol mientras practico deporte?
Para continuar haciendo deporte mientras cuidas tu piel puedes seguir los siguientes consejos:
- Evita realizar tus actividades en las horas centrales del día (11h a 17h).
- Emplea un fotoprotector SPF50+ resistente al agua y al sudor.
- Emplea ropa deportiva con filtro UV, cada vez puedes encontrar más variedad en el mercado.
- Utiliza la protección en stick para zonas como nariz o pómulos.
- Para los labios, emplea protectores labiales hidratantes. Recuerda que es una zona muy delicada ya que no tiene capa córnea ni melanina que le sirvan de protección.
- No olvides aplicar la protección cuello, manos, detrás de la rodilla, empeine del pie y las orejas. Estas zonas suelen olvidarse y están muy expuestas. Si eres de los que las olvidan, haz una lista con estas zonas y pégalas al envase.
Y no te olvides:
- El roce de la ropa, el uso de la toalla y también el sudor, hace que la protección solar vaya disminuyendo su eficacia y es por lo que se hace necesaria su reaplicación cada 90 o 120 minutos.
- Si tienes protector de años anteriores, mira bien la fecha de caducidad antes de emplearlo. Normalmente no aguantan más de 12 meses.
- Lo ideal es que el fotoprotector sea inorgánico o mineral. Que esté formulado con filtros estables y no absorbibles como el dióxido de titanio y el óxido de zinc, los únicos declarados como seguros por la FDA (Food and Drug Administration).
- Deben proteger de las radiaciones UVA, UVB e IF, ya que estos últimos favorecen la penetración de los anteriores.
¿Quieres saber más sobre cómo cuidar tu piel durante el proceso oncológico? Déjame en comentarios tus dudas.
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