El interés hacia el ejercicio como herramienta para mejorar la salud física y mental de las mujeres que padecen o han padecido cáncer de mama ha ido en aumento en los últimos años.
Pero supongo que si has llegado hasta aquí no es para que te cuente datos que probablemente ya sepas y que, a pesar de su importancia, no es lo que más te preocupa ahora mismo.
Si has llegado hasta aquí es porque necesitas respuestas fáciles a todas esas preguntas que te vienen a la cabeza porque el cáncer de mama de una forma u otra ha llegado a tu vida.
Estás en el sitio adecuado, soy María Plaza, fisioterapeuta especializada en ejercicio terapéutico y quiero ayudarte.
¡Vamos a por ello!
Cómo te puede ayudar el ejercicio si tienes cáncer de mama
Todas sabemos o hemos oído que para cualquier persona y en cualquier momento de la vida hacer ejercicio es fundamental si queremos llevar una vida saludable.
Si estás pasando o has pasado un proceso de cáncer, la cosa no es distinta.
Es cierto que parece que la vida se para. En muchas ocasiones el tratamiento que no te sientan bien, te encuentras cansada, incluso te toca pasar por una cirugía. Da la sensación que no es momento para ponerte fit, pero nada más lejos de la realidad.
Cada vez son más los estudios que demuestran los múltiples efectos positivos que tiene el ejercicio en las distintas etapas que pasa una mujer en la lucha contra el cáncer de mama.
Prepárate porque no te van a quedar excusas no para moverte
El ejercicio físico te puede ayudar a
- Disminuir síntomas del tratamiento contra el cáncer como son la fatiga, la sensación de entumecimiento y el dolor articular.
- Mejorar tu capacidad física haciéndote más fuerte y más capaz de hacer cosas en nuestro día a día.
- Mejora la circulación. Reduciendo la inflamación global, especialmente interesante si tienes linfedema.
- Disminuye el cansancio. Aunque parece que el cuerpo necesita parar, el movimiento es lo que realmente te va a devolver la energía.
- Mejorar la composición corporal ayudándote a regular la pérdida de masa muscular, masa ósea y el aumento de grasa asociados a algunos tratamientos.
- Nos ayuda a modular algunas hormonas.
- Reduce la mortalidad.
- Reduce la recurrencia de la enfermedad por lo que tendrás menos posibilidad de tener que volver a luchar contra el cáncer.
- Mejora el ánimo y la calidad del sueño por lo que nos ayuda a sentirnos mejor y tener un mejor descanso.
Son muchas y muy pesadas las razones que nos animan a movernos. Pero estoy segura que ahora se plantean muchas más dudas.
Y tú pensarás: Vale María, es importante hacer ejercicio, pero… ¿es seguro? ¿qué tipo de ejercicios debo hacer? ¿cuándo puedo empezar…?
Paso a paso, antes de empezar hay muchas cosas a tener en cuenta y no nos lo podemos tomar a la ligera.
¿Te animas a seguir aprendiendo?
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