Es normal que al no encontrarte en tu mejor momento tengas ciertas reticencias a la hora de empezar a hacer ejercicio. Puede que te encuentres cansada, sin demasiada energía, con náuseas y malestar que te empujan mucho más a la cama que al gimnasio.
Me dirás: ‘’Muy bien la teoria María pero no creo que el ejercicio sea para mi en este momento.’’
La realidad es que a través de un ejercicio adaptado a tu situación, tu salud tanto física como mental puede mejorar considerablemente. Y es que el papel principal del ejercicio en la lucha contra el cáncer es el de disminuir los síntomas asociados al tratamiento y mejorar tu calidad de vida. Te prometo que merece la pena intentarlo.
No obstante, siempre antes de empezar es fundamental tener la autorización de tu oncóloga u oncólogo y procurar comenzar con una actividad adaptada a tu estado físico y a tus necesidades en ese momento. Vamos a ver varias consideraciones importantes antes de empezar.
Consideraciones a tener en cuenta a la hora de hacer ejercicio
- Empezar siempre bajo la recomendación de tu médico.
- El ejercicio se acumula: Muchas veces sentimos que sólo hacemos ejercicio cuando estamos en el gimnasio o encima de la esterilla con las mallas puestas.
Sin embargo, lo activa que seas en tu día a día también es importante a la hora de regular la carga de tu entrenamiento. Por ejemplo, si normalmente trabajas desde casa y no sueles andar mucho más que ir a comprar el pan y a tomar un café en el barrio, el día que decidas ir de compras y pasar la mañana paseando por el centro, tu cuerpo lo va a notar y es posible que a la hora de hacer ejercicio te encuentres más cansada.
Esto no supone un problema, lo único importante es ser consciente para entenderte mejor y así poder regularte con el fin de no terminar agotada. Si te encuentras bien, no te preocupes por tener una vida muy activa, todo lo contrario, la recomendación de 150 minutos semanales es la mínima para conseguir los beneficios del ejercicio, sumar más minutos de actividad, siempre y cuando te encuentres bien, es maravilloso.
- Quédate con ganas: Es importante tener en mente que tu objetivo principal no es hacer ejercicio durante un mes para recuperarte y parar. Lo ideal es conseguir que la actividad física te acompañe como un hábito toda la vida ,y para ello, es mucho mejor intentar no llegar a la fatiga.
Si procuras acabar la actividad con buenas sensaciones, será mucho más sencillo que tengas ganas de volver a entrenar otra vez al día siguiente. El ejercicio físico te tiene que acompañar como algo agradable que te cansa pero te estimula y hace que termines el día mejor.
Qué es normal notar y qué no cuando hago ejercicio
A la hora de hacer ejercicio vas a tener ciertas sensaciones que pueden ser totalmente normales debido a la activación del cuerpo. Sin embargo, hay algunos signos que nos pueden hacer saltar las alarmas. Vamos a ver un poquito más sobre esto:
Sensaciones normales durante la actividad
- Ligera sensación de estiramiento suave al movimiento.
- Ligera tirantez que disminuye con la práctica de ese movimiento.
- Ligero hormigueo o sensación de quemazón en el brazo o pecho. Esto no supone un problema a la hora de continuar con el ejercicio, a no ser que vaya a más y 1 hora tras la actividad estas sensaciones continúen.
- Sensación de agujetas hasta 48-72 horas después de la actividad.
Deja de hacer ejercicio y consulta a un especialista si
- Tienes sensación de pérdida de equilibrio y debilidad.
- Comienzas a tener dolor de cabeza, mareos o visión borrosa.
- Aparece o empeora un dolor.
- Empeora el edema del brazo o aparece una inflamación inusual.
- Aparecen sensaciones intensas o extrañas en el brazo como pesadez, opresión.
- Tienes sensación de agujetas o molestias que duran más de una semana.
A pesar de que pueden aparecer pequeñas contraindicaciones, no tengas miedo. En la mayoría de ocasiones el ejercicio es un aliado que te va a acompañar y apoyar durante esta lucha contra el cáncer de mama. Escucharte y escuchar a tu cuerpo es una herramienta muy valiosa para fomentar tu salud tanto física como mental.
Anímate a conseguir ser todavía más fuerte de lo que ya eres. Aquí tienes mi mano para lo que necesites.
Mucho ánimo espartana.
En esta lucha, caminamos juntas.
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