Ya comentábamos en el anterior capítulo que ahora puedes sentir gran cantidad de emociones y sentimientos en distintas partes del cuerpo, pero que posiblemente estén hechos un “batiburrillo”, todo mezclado y sin definir. Pero, un momento:

¿Cómo hablar de gestión emocional sin antes hablar de las emociones? Es decir, ¿cómo vamos a gestionar algo que no conocemos?

Comencemos entonces por CONOCER las emociones. 

El ser humano es, por lo general, bastante escueto en su expresión emocional (esto también nos lo han enseñado), por lo que a la pregunta de: “¿Cómo estás?”, solemos responder con un simple “bien” o “ahí vamos”. Parece que eso de decir “estoy mal” tampoco forma parte del aprendizaje: muestra debilidad por tu parte y rechazo por parte de quien te rodea, ¿no? (MENTIRA)

Hay quien se atreve a especificar un poco más en sus emociones y a esta pregunta responde: estoy triste, enfadada o contenta (entre otras). Porque también nos han enseñado que las emociones básicas son 5 o 6 (según la fuente) y sobre ese pequeño abanico nos tenemos que entender nosotras mismas y al resto. (Casi ná) 

¡Como intento de gestión emocional está bien! Pero esto de entender-se es una actividad bastante compleja si hablamos de que, como seres humanos, nos pasan más de 10.000 pensamientos diarios, traemos muchísimas experiencias y aprendizajes y vivimos situaciones diferentes casi cada día, por lo que nuestra interpretación y, por tanto, la emoción varía.

Según la fuente que revisemos, encontraremos diferentes afirmaciones sobre el número de emociones: unas dicen 27, otras más de 270 … Sean cuantas sean, te confirmo: Hay más de 6.

Pero, ¿realmente conoces esas 6 básicas? No me refiero a si conoces la teoría sobre las emociones o su expresión, no. Me refiero a si las conoces EN TI. 

Por ello el primer ejercicio va de conocer las emociones básicas y la expresión emocional que tienen en ti, es decir, cómo las muestras, cómo se dan en ti. 

Correré el riesgo de resultar pesada, pero quiero señalarte de nuevo que TODAS las emociones son importantes. Todas son necesarias, todas son útiles, todas son válidas y, por ello, todas se merecen ser atendidas. Todas las emociones tienen una intención positiva detrás. Sí, como te lo cuento. Todas quieren algo para ti: Protegerte, Prevenirte o Servirte.  

A continuación, te presento las 6 emociones básicas y te describo, brevemente, sus características y funcionalidad.

• MIEDO: nos ayuda a estar alerta, nuestras piernas se cargan de sangre por si tenemos que salir corriendo (esta concentración de sangre provoca cierta palidez) 
• ALEGRÍA: nuestra musculatura está relajada y se inhiben pensamientos negativos. Mayor predisposición a actuar y a las relaciones sociales. Tiene consecuencias positivas a nuestra autoestima. 
• IRA: provoca incremento de energía para defendernos o atacar de manera rápida, actuar ante el estímulo peligroso que recibimos. 
• ASCO: protección ante algo peligroso o perjudicial. 
• TRISTEZA: decrementa nuestra energía, produce aislamiento, falta de reacción ante estímulos externos. El foco está en nuestra sensación interna: emociones y pensamientos. 
• SORPRESA: afrontamiento a los cambios inesperados, ayudando a evaluar qué ocurre y qué consecuencia tiene para nosotras. 

Quiero que le dediques un tiempo a cada una de ellas, te permitas sentirlas (incluso puedes traer una situación a tu mente que te provoque la emoción que estás trabajando) y escribas cómo se expresan en ti, cómo las vives. Te invito que te des todo lujo de detalles. Intenta identificar la intención positiva que tiene esa emoción. ¿Qué quiere decirte?

Te recomiendo que te tomes el tiempo que necesites, aprovecha un momento que estés sola, por y para ti. Recuerda que este soporte nace de ti para ti. Dedícatelo. No es necesario (ni mucho menos) que rellenes todas a la vez.