¡Vaya regalazo te estás haciendo! Conocer-te y reconocer-te en distintas emociones empodera y da sustento desde dentro, esto es algo que se siente como cuando entras en un portal fresquito en pleno mes de agosto con 40º en la calle. Esa expresión de “aaaay, qué bien” es algo parecido al trabajo que estás haciendo por y para ti.
Con toda esta sabiduría emocional que estás construyendo en ti, la siguiente actividad te va a resultar mucho más sencilla: ESCRIBIR UNA CARTA.
En esta actividad, te propongo que imagines a alguien que esté pasando por lo mismo que tú: con tus mismos pensamientos, tus mismas emociones, tus mismas experiencias, tu misma situación y circunstancia (emocional, corporal, económica…) todo es igual. ¿Qué le dirías? Puedes escribir cuanto quieras: todo es válido, todo está bien.
Puedes escribir tantas cartas como te sean necesarias a lo largo de este proceso. Esta carta que has escrito denota tu situación, tus emociones, debilidades y fortalezas. Esta carta muestra también tus necesidades y tus miedos en esta nueva etapa. Esta carta muestra la importancia de atender-te, a ti y a tu cuerpo-mente-alma.
Nos han enseñado a que, para colmo, al ser mujer no podemos mostrar ciertas emociones ni debilidades. Nos han enseñado a poner la cámara mirando para afuera, cuando la protagonista de tu vida eres tú. La planta se riega desde la tierra, no desde las flores.
0 comentarios